El Movimiento emprende el proceso de construcción de la Carta Mundial de Medios Libres

La iniciativa fue aprobada durante la tercera edición del Foro Mundial de Medios Libres, realizado en Túnez. El documento procura reunir a los más diversos actores del sector, en torno de principios fundamentales sobre el ejercicio del derecho a la comunicación y a la libertad de expresión, en todos los países.

(Traducción Susana Cohen)

En mayo tuvo lugar el lanzamiento, a nivel internacional, del proceso de construcción de la Carta Mundial de Medios Libres. La iniciativa, aprobada durante la tercera edición del Foro Mundial de Medios Libres (FMML) – realizado como parte de las actividades del Foro Social Mundial 2013 de Túnez -, intenta reunir a los más diversos actores del sector, en torno de principios y derechos fundamentales sobre el ejercicio de la comunicación libre en distintos países. El objetivo es crear un documento de referencia para el conjunto de vehículos y activistas de este campo, que permita evaluar a lo largo del tiempo y en comparación con la realidad de otros países, la situación de los medios de comunicación. La carta será asimismo una plataforma estratégica para acciones conjuntas de movimientos y organizaciones que luchan por la democratización de los medios en todo el mundo.

“Desde el año 2009, cuando se realizó el primer Foro Mundial de Medios Libres en Belem, el movimiento de comunicación ha venido creciendo internacionalmente. La construcción de esta Carta será un momento de reunir y articular el conjunto de actores y militantes de medios libres de diferentes países y de debatir los retos a enfrentar para garantizar la libertad de expresión”, señala Marion Bachelet, de E-joussour, el portal de la sociedad civil de Maghreb-Machrek (norte de África y Medio Oriente).

Para Mohamed Legotas, también de E-jossour, la Carta debe ser un instrumento de movilización del movimiento, y el Foro Mundial de Medios Libres puede pasar a ser el espacio de encuentro de los que adhieren a esta Carta.

No es un desafío pequeño. La propia definición de “medios libres” engloba una gran multiplicidad de medios, radios y televisoras comunitarias asociadas a blogs, sitios y publicaciones alternativas, pudiendo pasar inclusive por los medios públicos.

En los medios libres también quedan encuadrados los periodistas, comunicadores, educomunicadores, blogueros, productores de video y desarrolladores de tecnologías libres comprometidos en la construcción de alternativas a los modelos de comunicación monopolizados o controlados por el poder económico.

“Lo que todos tienen en común es el trabajo por la transformación y por la justicia social”, explica la senegalesa Diana Senghor, del Instituto Panos de África Occidental.

“Pero como hay un gran número de iniciativas que no se conocen entre sí, la Carta Mundial de Medios Libres puede ser un instrumento para articular geográficamente distintos tipos de medios en otras tantas estrategias de acción”, sostiene.

Finalmente, el documento puede también contribuir a que los movimientos sociales y populares que participan del proceso del Foro Social Mundial comprendan que la lucha por los medios libres es un desafío central en la lucha por otra globalización, no sólo como un instrumento de comunicación sino como un derecho en sí mismo.

Torbellino de principios

La actividad promovida en el III FMML en Túnez fue el puntapié inicial para la construcción de la Cata Mundial de Medios Libres. Allí los participantes expusieron las primeras ideas respecto de los principios fundamentales y los derechos a reivindicar que deben constar en el documento. Uno de ellos es el reconocimiento de la comunicación como un derecho y a la información plural como base para la formación de sociedades verdaderamente democráticas y de una opinión pública crítica e independiente. En el mismo sentido, otro derecho a reivindicar en la Carta es la reafirmación de los movimientos sociales como productores de información esencial para ampliar la diversidad de los mensajes que circulan dentro de la sociedad civil.

Otra cuestión señalada en el debate fue la importancia de una regulación democrática para frenar la concentración de la propiedad de los medios y el desarrollo de políticas públicas de comunicación con participación popular. Se destacó también el aspecto estratégico del acceso universal a las nuevas tecnologías de comunicación e información, como Internet que, en un escenario de convergencia tecnológica, debe permanecer libre de intereses exclusivamente económicos. De la misma forma, se reafirmó la necesidad de crear un modelo económico para los medios libres, que sea independiente de las fuerzas del mercado y no sea dominado por la dictadura de la audiencia ni de la publicidad.

Ante la amenaza de autoridades políticas y económicas y de la represión por parte de gobiernos autoritarios, los participantes del FMML destacaron también la necesidad de garantizar la protección a periodistas, blogueros y comunicadores populares en el ejercicio de sus actividades. Asimismo, se subrayó la importancia de la educación para los medios y de la descolonización de la producción de conocimiento.

“Será un documento amplio y al mismo tiempo objetivo; trabajaremos en él durante este año y será ratificado en la próxima edición del Foro Mundial de Medios Libres, en 2012”, explicó Danielle Moreau, presidenta de la ONG francesa Ritimo. Para elaborar la primera versión de la Carta, se formará un grupo de trabajo internacional, que contará con la participación de las organizaciones brasileñas Intervozes y Ciranda. En el mes de agosto se colocará en consulta pública, en Internet y en cinco idiomas, la primera versión del documento, para recibir contribuciones de agregados, modificaciones y eliminaciones en el texto.

A fin de año se pondrá a disposición una nueva versión para recoger adhesiones iniciales, con vistas a su lanzamiento en el primer semestre de 2014. La próxima edición del FMML, además de lanzar la Carta, deberá discutir estrategias para la apropiación del documento por parte de los movimientos sociales y actores de los medios libres y su uso en pro de la defensa del derecho a la comunicación en diferentes países, conjuntamente con la sociedad civil y organismos gubernamentales y multilaterales, como la Relatoría Especial de las Naciones Unidas para la libertad de expresión.